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Diario YA


 

La crisis del sanchismo es de tal calibre que ha tenido que echar mano de un improvisado ‘francomodin’

El ‘francomodín’ no tapa el ‘Begoñazo’

Luis Losada Pescador. Las tres elecciones que nos esperan en los próximos dos meses presagian un tremendo desgaste para el sanchismo. La tramitación de la amnistía, la probable actuación del Supremo, la comisión de investigación y las informaciones sobre el caso Koldo y el ‘Begoñazo’ colocan al sanchismo en la peor crisis posible. Así quie Sánchez, ese cambiacolchones resiliente, improvisa un nuevo ‘francomodín’. Sin estar previsto en agenda se inventa una supervisión de los trabajos forenses en el Valle de los Caídos. Pura ‘performance’. Porque los trabajos fueron suspendidos por orden judicial hace meses al carecer de las debidas licencias municipales. Y los forenses de ‘atrezzo’ llevan dos meses sin aparecer por el Valle. La mayoría son de la Universidad de Granada. Y viajaron expresamente para hacer de figurantes del ‘show calavérico’ del presidente. ¡Papelón!

UNA LECTURA HUMANA Y SOCIAL DE LA BIBLIA

Manuel Parra Celaya. Sin pretender sentar plaza de teólogo, pero sí de humilde cristiano de infantería, tengo la convicción, como creyente, de que los grandes hitos del devenir de la humanidad, tales como la Creación, la Encarnación, la Resurrección y la Redención nunca deben ser interpretados como hechos puramente históricos, válidos para un momento dado en los siglos, sino que son de un valor constante y permanente hasta el fin de la historia.

Nombra a una militante para dirigir la televisión de todos y redobla la polarización

El autócrata se enroca

Luis Losada Pescador. El autócrata se enroca. No tira la toalla, sino de resiliencia. Cada día que aguanta es un día en la Moncloa. O en el Falcón. Por eso disimula y anuncia un gran paquete legislativo. ¿Con quien pretende aprobarlo? Su debilidad parlamentaria es evidente. Su gobernabilidad depende de la aceptación permanente del chantaje de Puigdemont. El escenario electoral, sin embargo, no es muy halagüeño. Tras el batacazo de las gallegas, en breve llega el de las vascas. Un 12% de los votantes del PSE elegirían ahora al PNV, opción que -curiosamnete- elegirían también algunos votantes populares para evitar el gobierno de Bildu. Los peneuvistas -sin embargo- siguen alertas ante el posible sorpasso proetarra. Pero si se cumplieran os pronósticos y el PNV revalidara como primera fuerza política vasca, ¿qué hará el PSOE? De momento, desde el PNV se aceita la relación acusando a los populares de iniciar la crispación. Pero si el PSOE apoya el gobierno vasco del PNV, ¿qué pasará con el apoyo de Bidu en el Congreso?

Los políticos de esta democracia coinciden en una suerte de existencialismo, amparada y supeditada a los intereses de partido o a los compromisos adquiridos con las fuerzas globalizadoras

EXISTENCIALISMO POLÍTICO

Manuel Parra Celaya. No nos engañemos: lo que está en juego en estos momentos no es una alternancia o turno de partidos en el poder ni una interpretación, más o menos fraudulenta, de la Constitución vigente, sino un debate abierto sobre la propia existencia de España, esa que niegan rotundamente los separatismos y que permanece como una nebulosa maleable en la mente de una parte de los españoles abducidos por los vaivenes ideológicos. Esta situación no es actual, sino que viene de lejos (es español el que no puede ser otra cosa, decía Cánovas socarronamente) y deja a la nación como un borrador inseguro cada cierto tiempo; el motivo es que esta mirada pierde de vista un aspecto fundamental: la esencia de España, que, en una justa interpretación, justifica aquella existencia controvertida para algunos. La razón estriba en que no nos adentramos en la metahistoria (sí en la historia para tergiversarla, cuando no se oculta y desconoce), ni la política -ese arte de lo posible- se fundamenta en la metapolítica.

DE LO SUBLIME A LO RIDÍCULO

Manuel Parra Celaya. Hoy había empezado a escribir -llevaba medio folio garrapateado, como fijación o maldición-.sobre la situación política española, pero como el tema está manido ad nauseam y los lectores, y la mayoría de españoles pensantes, están al cabo de la calle y no quiero contribuir a la crispación, la musa que suele guiarme cada semana me ha llevado por otros derroteros. De este modo, empiezo con una referencia a los animalitos, a los seres irracionales por naturaleza, que es mucho más gratificante que tratar de esta política, según se mire. Confieso de antemano que soy un apasionado del mundo animal y, en ocasiones, llevo esta querencia hasta la exageración; en mis paseos y recorridos campestres y ciudadanos,  me empeño en acariciar a perros y gatos (siempre con anuencia del dueño, si está a la vista); en las vacaciones en el pueblo de mis amores, me acerco a todo bicho viviente. No tiene todo eso nada que ver con que, al ser un servidor omnívoro, le encanten los embutidos y el buen jamón salmantino, y jamás le hago ascos a un buen bisté en su punto; lejos, pues, de mis apetencias y modo de ser de cualquier forma de vegetarianismo o de veganismo, que está más de moda. Como se puede deducir, he abominado de la letra pequeña de la Agenda 2030 y de su trasfondo, tan edulcorado de demagogia y mala leche. 

El prófugo presume de tener sometido al presidente del gobierno

Humillación Puigdemont

Luis Losada Pescador. El prófugo Puigdemont escenificó este jueves su primer acto de campaña. Rodeado de los suyos anunció su candidatura a las catalanas y su -supuesta- renuncia a las europeas. ¿El escenario? Elna, un pequeño municipio al sur de Francia, de nuevo, burladero de la justicia española. Elna es simbólico para los secesionistas porque ahí es donde se imprimieron las papeletas del 1 de octubre y donde se guardaron las urnas fake que el CNI -supuestamente- no fue capaz de encontrar. La escena, épica. Cientos de personas aclamando al prófugo de “president”. Él, ufano, anuncia que terminará el trabajo que dejó a medias, que pretende restituir la presidencia destituída por el 155. Presume de ser el garante de la gobernabilidad de Sánchez y de que la legislatura se negoció en Bruselas. Una “anomalía democrática”, dice. ¡Y tanto! Lo peor es que Puigdemont tiene razón. Escucharle presumir de cómo chantajeó y chantajea al gobierno es todo menos la cacareada concordia.

se pedía al Papa Francisco, el primer papa de lengua española nacido en Hispanoamérica, Argentina, volver retomar el proceso de beatificación

ISABEL LA CATÓLICA: ¡BEATIFICACIÓN YA!

Fidel García Martínez. Es evidente y muy importante no solo para la Iglesia Católica, sino para España como monarquía parlamentaria consolidada, y para la América que cree en Jesucristo y reza en español, la elevación a la gloria de los Altares, siendo Beatificación el último peldaño para la canonización de la gran mujer, gran educadora y gran reina que fue Isabel I de Castilla, la Católica. Nos encontramos ante una de las mujeres más importantes de la historia universal. Nada que ver con las mujeres que han sido mitificadas por su belleza y seductoras seducidas por guerreros o emperadores, como pudieron ser las mujeres bíblicas como Dalila, o la Reina de Saba: Isabel la Católica no solo ha sido la mejor Reina de España, que por otra parte no han sido muchas, en comparación con los varones que han sido reyes, casi todos, porque no es lo mismo ser auténtica Reina de España y ejercer de tal, que ser la esposa del rey.

Pedro Sánchez habrá triunfado en su felonía

ENTRE EL PRAGMATISMO Y LA VISCERALIDAD: amnistía=amnesia

Manuel Parra Celaya. El 14 de marzo de 2024, cuando se están escribiendo estas líneas, el Congreso de los Diputados da su voto afirmativo mayoritario a la Ley de Amnistía. Poco importará que el Senado, de mayoría popular, en una segunda votación, difiera su aprobación definitiva, pues sabemos de sobra que la ley saldrá adelante y será ratificada con la firma de Felipe VI, aunque el monarca se tape la nariz al hacerlo, imitando en esta actitud a muchísimos españoles que lo vienen haciendo en cada contienda electoral desde hace lustros. Esta amnistía -incluso puesta presuntamente en tela de juicio o sometida a trámites inánimes en el ámbito comunitario europeo- no solo borrará (amnistía=amnesia) las pequeñeces de un golpe de Estado en una nación constituida, las mangas y capirotes a una Constitución vigente, la malversación de fondos públicos a favor de la intentona y el terrorismo callejero de la particular kale borroka en Cataluña, sino que eliminará de un plumazo aquel famoso 3% y las posibilidades -remotas desde siempre- de sentar en el banquillo a la familia Pujol-Ferrusola.

La resiliencia de Pedro Sánchez, a prueba: en medio del fuego cruzado de nacionalistas y del escándalo Koldo

El gobierno se derrumba

Luis Losada Pescador. El movimiento de Aragonés ha quebrado el débil equilibrio político. El presidente de la Generalitat aprovecha el desplante de Colau para hacerse un Ayuso. Por una parte, deja a Junts con la incógnita de si Puigdemont encabezará su candidatura. De hacerlo, tendrá que hacer campaña por videoconferencia porque en el momento que pise territorio español será detenido. El prófugo asegura que podrá asistir a la investidura. Probablemente no pueda porque aunque la ley esté aprobada es más que probable que haya una cuestión prejudicial frente al Tribunal de Justicia de la UE que paralice la ley. Aragonés también ha dejado fuera de juego al PSOE, que presumía de poder acariciar la Generalitat. Salvador Illa está tocado -y quien sabe si hundido- por el caso Koldo. Y el sanchismo ya no es un activo al que arrimarse para sacar tajada. Su activo es cada día más pasivo…

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Amnistía corrupta: ¿el que la hace la paga?

El escándalo de la trama de las mascarillas es un caso de corrupción económica; como tal, una variante del soborno. En todo soborno hay siempre tres implicados: el que soborna, el sobornado y el perjudicado. En el soborno público el perjudicado es la sociedad entera, porque los caudales desviados le pertenecen. La malversación del funcionario o responsable político incide así sobre cualquier ciudadano, sea beneficiario o contribuyente: todos resultan expoliados. A la manipulación del erario en provecho propio los romanos la denominaron peculatus (peculado) porque inicialmente las multas se pagaban en pecus (ganado). Una Lex iulia de peculatu, promulgada bajo Augusto, imponía la deportación a los malversadores; normas imperiales posteriores llegaron hasta la pena capital. Alfonso X llevó a las Partidas la legislación romana. Todos los códigos penales españoles, desde el de 1822 al actual, han tipificado los delitos contra la Administración –contra “lo público”– severamente. Hubo que esperar a Pedro Sánchez para rebajar el reproche de la malversación y ensayar una lenidad a medida, contraviniendo el criterio europeo.