Principal

Diario YA


 

A eso debería temer “la casta” más que al ascenso de Podemos

Aquí la justicia es igual para todos

Josele Sánchez. Con la que está cayendo resulta el colmo de la desfachatez la concesión de libertad al corrupto ex presidente balear Jaume Matas. Que nadie imagine que el ex ministro del  gobierno de Aznar ocupaba una celda de paredes desconchadas, literas desvencijadas e inodoro sucio junto a unos barrotes metálicos. Durante su terrible condena  y acaso  por aquello de que la justicia es igual para todos, Jaume Matas ha permanecido recluido en una celda hospitalaria del módulo de la enfermería del Centro Penitenciario de Segovia, es decir, lo más parecido a un hotel dentro de la propia cárcel, compartiendo confortable estancia con José Antonio Díaz Villanueva, auditor de la firma M&A que avaló las cuentas de la compañía de redes wifi Gowex. Claro, andaban deprimidos los pobres e inmediatamente se les aplicó ad-hoc el Protocolo de Prevención de Suicidios.

Así las cosas Jaume Matas no ha tenido que compartir celda, comedor, patio, zonas comunes ni baños con los peligrosos delincuentes que moran en la prisión segoviana. El ínclito Matas ingresó en prisión el pasado 28 de julio y ya anda sonriente recorriendo las calles en libertad. ¿Qué motivos ocultos tiene el Partido Popular para que su gobierno, el gobierno de España le conceda el tercer grado? ¿Qué sabe Matas que es mejor no encabronarlo? Eso es justicia, justicia igual para todos. Con estos prohombres siempre ocurre lo mismo. A Martín Marcos Martínez,  presidente de la Diputación de León, cuando se le detiene por su involucración en la Operación Púnica no se le traslada a los calabozos de la Guardia Civil sino a una sala de la residencia de oficiales: los calabazos están para la gente corriente que por cualquier circunstancia pueda verse detenido, para usted o para mí, pero no para albergar a los golfos de “la casta” que con tanto acierto bautizó Pablo Iglesias. Eso es justicia, justicia igual para todos. Francisco Granados, el supuesto cerebro de la trama, un golfo redomado que hasta ayer mismo nos daba lecciones de honradez y de patriotismo a los insignificantes ciudadanos, le avisó un agente de la guardia civil de su inminente detención. Y no pasará nada, tiempo al tiempo, un expediente disciplinario arreglará la cosa. Eso es justicia, justicia igual para todos.

Otro de los imputados, el alcalde de Serranillos Antonio Sánchez Fernández, al que sólo hay que verle la cara de espabilado que tiene el muchacho, detenido y puesto en libertad con cargos, es sorprendido a la mañana siguiente llevándose cajas del ayuntamiento. ¿Nadie pensó en el juzgado que lo primero que haría en cuanto pusiera un pie en la calle sería intentar hacer desaparecer cualquier documentación que le comprometiese? ¿Es muy normal que sea el juez Eloy Velasco el encargado de meter mano a una red de corruptos en la que  todos los cargos públicos imputados, a excepción de  uno del PSOE, son militantes del Partido Popular?. Lo digo, por si no lo saben,porque  el magistrado Velasco fue, ¡durante ocho años!, director general de Justicia de la Comunidad Valenciana en los gobiernos de Eduardo Zaplana y Francisco Camps, ambos del PP. Personalmente no creo que sea el juez más indicado para llevar estos casos. Ni lo creo yo ni puede creerlo nadie con un mínimo de sentido común. Eso es justicia, justicia igual para todos.

A los hijos de Jordi Pujol no se les ha detenido ni se les ha impuesto fianza alguna. En estas, Olegari Pujol, listo y hábil como su padre, ha aprovechado para vaciar una de las cuentas que tienen en Andorra: lo normal. ¿no se le ocurrió al juez ni al fiscal que pasaría esto? Tengo un amigo que hizo judicaturas así que sé cuánto hay que estudiar para aprobar la oposición. Bueno, pues lo de que si no lo detenían se iría directo desde la Audiencia Nacional hasta el pequeño Principado para sacar toda la pasta del banco lo prevé hasta el tonto de mi pueblo. Eso es justicia, justicia igual para todos. Ningún imputado por las tarjetas black de Caja Madrid ha ingresado hasta el momento en prisión. Y es normal: el magistrado encargado del asunto tendrá  muy presente que su compañero Elpidio Silva ha sido condenado a diecisiete años y medio de inhabilitación por “ausencia de garantías constitucionales e indebida privación de libertad” de Miguel Blesa y Gerardo Díaz Ferrán, el golfo y desfalcador ex presidente de los empresarios españoles. ¿Conocen algún juez inhabilitado por “ausencia de garantías constitucionales e indebida privación de libertad” de cualquier hijo de vecino normal y corriente. Justicia igual para todos. A la secretaria general del PP le han cambiado hasta las facciones de la cara; la próxima vez que aparezca en sus televisiones fíjense ustedes y comprobarán que se le ha hecho una jeta de mentirosa que tira de espaldas. Un colega periodista siempre me dice que “La Cospedal le pone”.

A mi, desde su célebre “pago en diferido”, cada vez que veo a esta señora decir estupideces, parapetada en un minúsculo atril con las siglas del partido y la famélica gaviota sobrevolando un fondo azul, con esa medio sonrisa forzada digna de Judas, lo que me pone es de los nervios. María Dolores de Cospedal sale a escena a no decir nada; con una soberbia desvergonzada parece tomarnos a los españoles por gilipollas. Coño, si hasta  la misma  sala en la que hace sus declaraciones y en la que se sientan periodistas a los que habitualmente no permiten ni hacer preguntas, esa misma sala de prensa presuntamente ha sido pagada con dinero obtenido por la financiación irregular del PP y por la que ha sido imputado Ángel Acebes, nada menos que el que fuera que ministro de Interior con el presidente Aznar. Eso es justicia, justicia igual para todos. Carlos Fabra, el auténtico Vito Corleone de Castellón, el padre de Andrea Fabra, esa diputada mezquina que, con una sola frase demostró toda la formación política y moral que le dio su progenitor ¿recuerda ustedes aquel “que se jodan”?); Fabra el conseguidor, la persona a la que más veces le ha tocado la lotería de España, el señor del aeropuerto sin aviones y con escultura de sí mismo cual maléfico dictador, el hombre que creía tanto en la justicia que consiguió que fueran cayendo jueces y jueces y que la causa contra él se eternizara hasta ¡casi diez años!, Carlos Fabra, en contra de la opinión de los estamentos jurídicos pertinentes, aún no ha entrado en prisión. Esto es justicia, justicia igual para todos. Ahora parece que la clase política, los dirigentes de los dos partidos del régimen, gobernantes y opositores coinciden en señalar el peligro de Podemos, los populistas, los frikis, los bolivarianos, los castristas, los de la barba y la coleta…

El País publicaba el pasado domingo una encuesta de Metroscopia y resulta que Podemos, el partido de los descamisados y los perroflautas, es el primero en intención de voto, ¡que si se celebrasen ahora mismo las Elecciones Generales ganarían con casi el veintiocho por cien de los votos!, a más de siete puntos del Partido Popular. Y claro, esto es un peligro, una amenaza para la normalidad democrática.

¿Pero qué carajo es eso de la normalidad democrática?, ¿es seguir manteniendo los privilegios de unos pocos?, ¿es continuar amparando a una cuadrilla de mangantes y degenerados que nos repiten todos los puñeteros días eso de que la justicia es igual para todos?, ¿quieren que cada ciudadano lo copiemos cien veces a ver si terminamos por creérnoslo?

Sólo falta que, en cuestión de días, acaso antes de que este artículo vea la luz, la Audiencia de Palma desimpute a la infanta Cristina de Borbón y la Casa Real, con sus nuevos y simpáticos inquilinos, quede libre de toda sospecha. Coincido con Iñaki Gabilondo en que al final va a resultar una suerte que exista Podemos. De no existir no quiero ni imaginar qué podría pasar con millones de españoles que están hasta los cojones de tanta fechoría, de tanta impunidad y de tanta tomadura de pelo. No olviden que al final frente a “la casta” estamos el pueblo, “la chusma” como deben llamarnos en sus refinados círculos, los donnadies, los que padecemosdía a día la impunidad y los abusos del régimen. Y en ocasiones ese pueblo, esa “chusma” encolerizada se ha convertido en “hordas”. A eso debería temer “la casta” más que al ascenso de Podemos. Ojalá nunca acaben encolerizadas “hordas” intentando tomarse la justicia por sus manos. Motivos para eso y para más hay de sobra. De momento todos tranquilos. Esto no es Venezuela, ni Bolivia, ni Ecuador… España es un Estado de Derecho. Aquí la justicia es igual para todos.

Etiquetas:Josele Sánchez